Yin y Yang en la alimentación

Yin y Yang en la alimentación

Hemos dicho en anteriores entradas de este blog, que la vida se desarrolla entre la interacción de dos fuerzas opuestas pero complementarias en constante cambio y transformación que los orientales denominan yin y yang.

En toda sustancia material hay un equilibrio entre las fuerzas que mantienen unidas a sus partículas (fuerzas contractivas) y las que hacen que se repelan (fuerzas expansivas). Aquellas sustancias en las que predominan las fuerzas contractivas les llamaremos yang y aquellas en las que predominan las expansivas, les llamaremos estructuras yin.

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En esta entrada nos vamos a fijar en cómo se aplica esto en la alimentación. Si hacemos caso a aquello de “somos lo que comemos”, nos daremos cuenta de que si tomamos demasiados alimentos de estructura yang, nos volveremos rígidos (estructura yang), y si comemos demasiados alimentos de estructura yin nos volveremos flojos (estructura yin). Si comemos equilibrado, no estaremos ni muy flojos ni muy rígidos y podremos adaptarnos a los continuos cambios que ocurren en la vida.

Sin embargo, si comemos alimentos de los dos extremos, unos muy contractivos y otros muy expansivos, será muy difícil mantener el equilibrio y lo más probable es que algunas estructuras se rompan y otras se descompongan. Esto se reflejará a nivel de problemas físicos, mentales y emocionales, porque somos una unidad inseparable en cuya relación todo se afecta mutuamente. Si tenemos el hígado sobrecargado por los excesos (p.ej. grasas saturadas), probablemente tengamos también problemas de alergias o ataques de furia o rabia.

Cada alimento y cada forma de vida tiene su propia y única manera de comportarse y sus propias características, las cuales pueden calificarse como energía vital. Estas cualidades energéticas se crean en función de la clase de ambiente en que vive, de cómo se formó, de cuál fue su crecimiento y de otros muchos factores. Teniendo en cuenta cómo nos afecta el alimento, necesitamos percibir su carácter y su comportamiento energético.

La mejor manera de hacerlo es comparar los alimentos animales con los de origen vegetal.

 

yin yang en la alimentacion macrobiotica zaragoza macrobioteca

 

Las plantas, para captar sus nutrientes, desarrollan sus raíces hacia abajo y hacia afuera por el suelo y los animales lo hacen hacia adentro, en el intestino delgado, donde se absorben los nutrientes (la flora intestinal puede describirse de un modo primario como los microbios del suelo que ayudan a que las plantas tomen su alimento).

El aparato respiratorio de las plantas desarrolla las hojas expandiéndose hacia arriba y hacia el exterior, mientras que los pulmones de los animales se desarrollan hacia dentro de una forma densa y compacta. Los animales captan oxígeno y eliminan dióxido de carbono. Las plantas, además de lo anterior, captan dióxido de carbono y desprenden oxigeno).

Las plantas son estáticas y los animales son móviles. Los animales están hechos en su mayor parte por proteínas y almacenan sus excesos en forma de grasa, mientras que las plantas están formadas mayoritariamente por carbohidratos y almacenan su energía en forma de almidones y aceites. Las plantas y los animales por lo tanto están gobernados por dos tipos de energías opuestas y complementarias. El mundo vegetal representa tendencias más pasivas y más expansivas, mientras que el mundo animal nos habla de sus tendencias más activas y contractivas.

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Este tipo de comparación  puede establecerse entre otros muchos pares de alimentos, así como entre las características internas del cuerpo humano, su metabolismo y diversos aspectos de la conducta humana (extroversión e introversión) y, al fin de cuentas entre todos los fenómenos del mundo.

El axioma “somos lo que comemos” se puede entender más fácilmente en estos términos. Consumiendo alimentos animales se produce un efecto de contracción en el cuerpo, nuestro nievel de azúcar en la sangre tiende a disminuir más fácilmente. Los órganos internos se contraen, se hacen más cerrados, la piel se seca con más facilidad y tendemos a sentirnos más duros y menos flexibles. En lo referente a la conducta, nos hacemos más focalizadores, testarudos, agresivos y con más preocupación por el mundo material y las circunstancias inmediatas.

Contrariamente, una dieta vegetariana actuaría suavizando nuestro cuerpo y haciendo nuestra mente más tranquila, calmada y pacífica. Una dieta compuesta por alimentos como frutas, azúcar, leche y frecuentes ensaladas crudas hacen que nuestros órganos se desarrollen débiles e inactivos, el nivel de azúcar en la sangre tiende a crecer demasiado, los tejidos y músculos pierden tono y podemos llegar a ser más propensos a las infecciones. Nuestro comportamiento tenderá a ser más pasivo y tímido, seremos más desorganizados, carentes de disciplina y con mayor preocupación por los mundos espirituales, psicológicos y más lejanos, teóricos o abstractos.

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En términos de salud humana deberíamos buscar de una forma natural el equilibrio dinámico entre los alimentos más contractivos y los más expansivo. En la práctica es lo que hacemos cuando tomamos una cerveza después de comer algo salado (la sal es poderosamente contractiva, mientras que el alcohol es fuertemente expansivo). Lo mismo sucede cuando tomamos filete y helado, huevo y zumo o queso y vino.

Sin embargo, una dieta basada en tales extremos para alcanzar el equilibrio, produce unas fluctuaciones muy grandes en nuestro metabolismo, y esto es un verdadero peaje en donde nuestra salud tiene que detenerse.

Deberíamos aprender a usar más conscientemente estos principios energéticos para poder seleccionar los alimentos más centrados y de tendencias más moderadas. De este modo, podremos encontrar mayor equilibrio entre el cuerpo y la mente.

 

CLASIFICACIÓN DE LOS ALIMENTOS

Para realizar una clasificación de los alimentos tendremos en cuenta fundamentalmente el efecto expansivo y de enfriamiento (yin) o contractivo y de calentamiento (yang) que producen en el organismo humano.

Estos términos son metafóricos, lo más importante es ver que son opuestos. Por ejemplo, si tengo un dolor de cabeza por haber tomado alcohol (expansivo) se me quitará mejor tomando un alimento salado (contractivo) que uno dulce (expansivo). El carácter expansivo o contractivo es siempre RELATIVO, es decir, no hay nada absolutamente expansivo o contractivo, pero sí hay alimentos que producen más expansión que otros.

Podríamos hacer una clasificación basada en la experiencia, pero ésta es una labor de “chinos”, ya que habría que estudiar por separado el efecto de cada alimento. Este es una trabajo que hicieron los antiguos orientales y que se ha ido transmitiendo de generación en generación.

El efecto expansivo o contractivo de un alimento depende de su energía vital. Si en su energía vital predominan las características expansivas, producirá expansión; y si en su energía vital predominan las características contractivas, producirá contracción. Los alimentos expansivos potencian las funciones orgánicas que precisan fuerzas expansivas y los alimentos contractivos potencian las funciones que precisan fuerzas contractivas. Por lo general, los alimentos expansivos enfrían y los contractivos calientan.

 

Los alimentos más expansivos (yin) de los que no deberíamos abusar son:

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Los alimentos más contractivos (yang) y que también deberíamos controlar son:

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CARACTERÍSTICAS PARA LA CLASIFICACIÓN DE LOS VEGETALES

Para clasificar los alimentos de acuerdo con su carácter expansivo (yin) o contractivos (yang) hay te tener en cuenta los siguientes aspectos:

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Como ejemplo de lo anterior, podemos comparar una berenjena y una bardana:

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Es necesario señalar que siempre tendremos que ver qué características generales predominan en el alimento. Por ejemplo, un tomate es de color rojo (yang, aunque sí que es verdad que tan sólo al final de la maduración), pero predominan las características yin ya que: es más húmedo, es tropical, crece rápidamente, olor más intenso, tiende a ser más grande, crece encima de la tierra, alta proporción en potasio y se descompone (se pudre) antes.

 

CLASIFICACIÓN GENERAL DE LOS ALIMENTOS

Los alimentos que a continuación se citan están clasificados comparativamente de más expansivo a más contractivo utilizando aspectos expuestos en el apartado anterior.

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Lo ideal es alimentarnos a base de alimentos más centrales, adaptados al ambiente circundante. Éstos (según el yin/yang) son los cereales integrales, los vegetales, las legumbres, las algas, las semillas, el pescado y la fruta (aunque hay muchas subdivisiones).

 

Esto no significa automáticamente que tengamos que tomar SÓLO estos alimentos y que todos los demás estén prohibidos. Éstos son de consumo diario mientras que aquéllos son de consumo ocasional. Recordad que la cantidad cambia la calidad. Cuando os apetezca un tomate, preguntaos ¿por qué? ¿Qué he comido antes? ¿Qué época del año es? ¿Qué temperatura hace? o, simplemente ¿qué efecto extremo quiero conseguir? ¿Estoy compensando otro efecto extremo contrario?

En general, los alimentos contractivos yang mantienen el calor interno impidiendo que se pierda, por lo tanto son caloríficos. Cuando hace frío y estamos muy contraídos necesitamos comer algo caliente para expandirnos y sentirnos más relajados.

Los alimentos expansivos yin dispersan el calor, por lo que son refrescantes. Cuando hace demasiado calor y estamos muy dilatados, necesitamos tomar alimentos o bebidas frías para producir una contracción brusca y sentirnos mejor.

Cuando tenemos fiebre (calor interno) no deberíamos tomar alimentos muy caloríficos como carnes, fritos, mucho hidrato de carbono… lo mejor sería ayunar.

El efecto de las especies picantes, como el curry, la pimienta y la guindilla es ardiente en un primer momento, ya que dilatan los capilares externos, precipitando la sangre a la superficie de la piel, provocando sudoración. Cuando el sudor se evapora, el efecto es refrescante.

El jengibre también es picante y activa la circulación sanguínea, pero al ser una raíz es más contractivo y contribuye a mantener el calor interno.

Por exceso de sal y de yang en general, se siente frío primero y luego calor.

Por exceso de azúcar y de yin en general, se siente primero calor y luego frío.

 

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MODIFICACIÓN POR MEDIO DE LA COCINA

No quiero terminar este artículo sin referirme al arte de la cocina como auténtico laboratorio de alquimia en el que por medio de la sal, el fuego y el tiempo, transformamos los alimentos, cambiamos su energía y los hacemos más digeribles para aprovechar al máximo sus nutrientes.

En general cuanto más tiempo de cocción y más temperatura, más aumenta el poder contractivo del alimento. La sal utilizada en la cocción de los alimentos expulsa el agua de las células por lo que también contrae.

Las técnicas culinarias también alteran  mucho las características yin y yang:

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Así pues, teniendo en cuenta lo anterior, podríamos clasificar los métodos de cocción de menos a más contractiva:

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Para saber cómo equilibrarnos por medio de la comida resulta bastante evidente que evitar de entrada los alimentos extremos y basar nuestra alimentación en alimentos centradores será un paso importante para recuperar y mantener la salud.

La macrobiótica no es una dieta estricta en la que se pasa a todo el mundo por el mismo rasero. Hemos de recordar que cada persona es un mundo. Todo depende enormemente de la constitución, condición, sexo, edad, actividad profesional y estilo de vida de la persona.

 

EJEMPLOS DE MENÚS EQUILIBRADOS

Para ayudarte a comprender un poco mejor qué aspecto tendría un plato nutricionalmente equilibrado, vistoso y nutritivo he preparado algunos menús que puedes ver a continuación. Todos ellos están bastante equilibrados en cuanto a nutrientes, cereales integrales, proteína, verduras (gran fuente de vitaminas y minerales).

No puedo insistir lo suficiente en lo importante que es crear variedad en los menús y en nuestra comida diaria. Debemos variar tipos de cocción, tipos de verduras, tipos de corte y preparaciones, así como condimentos y salsas. No vale hacer siempre estofado, o siempre ensaladas, o siempre cocinar todo al vapor y nunca hervir, etc. Los estilos de cocción deben cambiar de acuerdo con la energía de la estación para crear equilibrio con el entorno. Si usamos cocción muy yang en una época caliente (verano) en la cual debemos aportar frescor al cuerpo (no en vano en verano se dan productos que nos refrescan, al contrario que en invierno), no estaremos ayudando a nuestro organismo a equilibrarse.

Más adelante escribiré otra entrada sobre las formas de cocción y menús de acuerdo con las estaciones.

 

 

Menú 1
Sopa de miso con Raíz de loto, raíces, kombu y jengibre

sopa de miso macrobioteca macrobiotica zaragoza

Plato combinado:

·         Estofado de garbanzos con verduras rojas y verdes

·         Puerro y col china caramelizados a la vinagreta

·         Mijo con calabaza

·         Condimentos: Gomasio y Perejil

 

menu1 macrobiotica macrobioteca zaragoza

 

Menú 2
Plato combinado:

·         Mijo con quinoa con gomasio y menta

·         Ensalada prensada de col lombarda al umeboshi

·         Tempeh agriculce

·         Judías verdes escaldadas

·         Calabaza al horno

plato macrobiotica macrobioteca zaragoza

 

 

 

Adaptado de:

Olga Cuevas “El equilibrio a través de la alimentación”

Michio Kushi “The Macrobiotic Way”

Ohsawa: “Macrobiótica Zen”

Varatojo: “Macrobiótica: La revolución sana”.